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Gestación, Posparto y Sexualidad

Young Woman Lying in Bed Wearing Lingerie

Durante la gestación:

​Generalmente no existen riesgos por mantener una vida sexual activa durante la gestación. Excepto en casos específicos donde exista alguna complicación que médicamente contraindique las relaciones sexuales con penetración o se prohíba el orgasmo, incluyendo actos sexuales o la masturbación.

Aunque no haya peligro directo al feto, es importante que se mantenga una vida sexual responsable pues la gestación no elimina el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.

 

Por lo general:

  • Se produce un aumento de la libido, o deseo sexual, y una mayor facilidad para alcanzar el orgasmo.

  • A nivel hormonal, la cantidad de estrógeno y progesterona que se produce durante la preñez hace que zonas erógenas como los genitales externos y los pechos estén mucho más irrigadas e inervadas y que su tamaño aumente, incrementando de la sensibilidad.

  • Pero es importante señalar que no solo las hormonas influencian el deseo sexual. Factores emocionales, como el estrés y la ansiedad, también pueden tener un efecto en la libido. Esto podría explicar por qué algunas personas experimentan un descenso en el deseo sexual durante la gestación, aunque fisiológicamente el cuerpo esté preparado para lo contrario.

La aceptación de los cambios físicos que atraviesa su cuerpo durante la gestación es importante para evitar un impacto negativo a la vida sexual, así como mantener una comunicación de pareja abierta y honesta.

 

Durante el posparto y lactancia:

  • En el posparto todo cambia. Normalmente la libido baja drásticamente en la mayoría de las personas que acaban de parir. De hecho, ninguna hembra mamífera se pone en celo durante la lactancia; sus pretendientes lo perciben por el olor y ni se acercan. Las únicas especies mamíferas que mantienen relaciones sexuales durante el periodo de lactancia son los humanos y los canguros. En realidad, este descenso del interés sexual por parte de la hembra es una ventaja evolutiva, con el fin mantener el interés por su cría que recién acaba de nacer.

 

La pérdida de deseo sexual tiene causas fisiológicas y emocionales:

 

  • La causa más importante es hormonal. De tener cifras astronómicas de estrógenos y progesterona segregadas por la placenta, tras el alumbramiento ocurre un descenso drástico de esas hormonas. En cambio, segregamos prolactina, la hormona encargada de la producción de leche humana la que a su vez es una hormona antagonista de las que hacen tener libido y ser fértil: estrógenos, progesterona y testosterona.

 

  • Al amamantar, durante los primeros 6 meses se está, hormonalmente, en una situación parecida a la menopausia. Por eso aparecen signos comunes a la misma, como sequedad vaginal y sofocos de calor.

  • Al factor hormonal se suman otros, como el sueño y el cansancio que suelen tener las personas que están criando a un bebé.

  • En ocasiones cuesta mucho encontrar un momento para las relaciones sexuales, y cuando éste aparece es muy posible que el bebé lo interrumpa con su llanto.

  • El parto tiene una influencia muy grande en la sexualidad. Dar a luz es un suceso muy impactante e intenso, y la experiencia que se tiene durante el proceso puede tener un impacto negativo en la vida sexual. En ocasiones se experimenta un parto violentado, lo cual deja secuelas emocionales.

  • En otros casos se realizan intervenciones como la episiotomía. A menudo, la episiotomía causa dispaurenia (relación sexual dolorosa) a largo plazo.

  • Los partos por cesárea conllevan un proceso de recuperación post-quirúrgica, durante el cual se puede sentir incomodidad y dolor. Esta situación puede tener un impacto en la vida sexual pues es importante permitir la recuperación completa, tanto física como emocional ante esta intervención médica.

Por otro lado quienes han tenido un parto natural, poco intervenido y sin traumatismos vaginales posiblemente no tengan problema alguno para reiniciar relaciones sexuales, y también es posible que su libido no baje tanto.

Usar lubricantes para combatir la sequedad vaginal, tener paciencia, cariño, respeto y comunicación en pareja efectiva son esenciales durante esta etapa.

  • Durante la lactancia, más allá de los 6 meses, la prolactina ya no alcanza valores tan altos como en el posparto inmediato, pues la producción de leche deja de ser un fenómeno endocrino, si no que se mantiene gracias a la succión y vaciado frecuente de los pechos. Los niveles basales de estrógenos, progesterona y testosterona vuelven a subir, y también la libido empieza a recuperarse.

  • Debido a la oxitocina segregada durante el orgasmo, algunas personas lactantes pueden tener un reflejo de eyección con salida de leche. Esta situación es completamente normal y es importante que se hable de ello. No hay que sentir vergüenza, es un proceso fisiológico que está fuera de tu control.

  • Por último pero no menos importante, es importante discutir y manejar la parte emocional.

 

*Después del parto, se crea un vínculo intenso con el bebé. Casi toda la energía sexual y afectiva se dirigen hacia el recién nacido.*

  • Es frecuente que las personas lactantes rechacen la estimulación de los pechos durante la relación sexual, es como si quisieran reservarlos sólo para su bebé.

 

Esto en ocasiones puede ser percibido por la pareja como un rechazo afectivo. En el posparto, se necesita el amor, afectividad, apoyo y comprensión por parte de la pareja. Para superar cualquier situación, es crucial la comunicación. Tu pareja debe entender que existen unos factores físicos y emocionales importantes que hacen que no sientas deseo sexual, pero que le sigues amando y necesitando más que nunca. A la vez que debemos saber que nuestra pareja quizás se siente sola y excluida, que quiere ayudar y no sabe cómo hacerlo. Este entendimiento mutuo les ayudará sobrellevar y superar con éxito esta etapa.

 

Es importante recalcar que tu pareja te puede abrazar y dar cariño sin esperar sexo a cambio, y muy posiblemente ello conduzca a mejorar la relación, y por tanto a aumentar el deseo sexual.Aunque, a pesar de todos los cambios y posibles retos que puedas enfrentar queremos recordarte que tu vida sexual no acaba al tener un bebé.

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